lunes, 21 de julio de 2008

Carlos Delfino: "Me gustó la oferta económica y deportiva"

Hizo historia firmando con el Khimki ruso el contrato más alto de la historia del basket europeo: se cifra en 30 millones de dólares brutos por tres temporadas, con salida a la NBA al final de cada una de ellas. Por eso MARCA.com acudió a la firma del contrato y pudimos hablar con Carlos Delfino, el nuevo rey de Europa.

- En el momento en que terminaste en Toronto empezarían a llegar las ofertas, la más importante la de Detroit. Pero, ¿qué pensaste cuando apareció el Khimki con tanto dinero encima de la mesa?

- Bueno, la oferta empezó a gestarse a mitad de la temporada pasada. Mi objetivo era seguir en la NBA, pero luego las cosas fueron cambiando. El mercado de la NBA iba muy lento y yo quería tener cerrado mi futuro antes de ir con la selección, porque va a ser la última oportunidad que tengamos como grupo en unos Juegos Olímpicos. Me gustó la oferta no sólo en lo económico, sino en lo deportivo. Vuelvo a Europa en un equipo que va a armar una buena plantilla y que va a ganar cosas. Todavía tengo 25 años; cuando acabe el contrato tendré 28 y, si las cosas van bien, podría volver a la NBA si quisiera.

- Hablas mucho de la parte deportiva, pero económicamente el contrato es increíble: te convertís en el jugador mejor pagado de la historia de Europa. ¿Qué te dice?

- Bueno, no creo que lo sea...

- Carlos, sí lo eres...

- Mirá, cuando estás dentro de una cancha sos igual que el resto. A mí esto no me cambia: no me creo mejor ni peor. Este contrato es el resultado de que adquirí cierta experiencia, que jugué en una liga importante y acá se valora eso.

- Irse a jugar a Rusia se le hace difícil, sobre todo por la forma de vida y el clima. Tú has jugado en Detroit y Toronto, dos sitios con ese clima y tipo de vida... ¿Estás más acostumbrado?

- Cuando ficho por un equipo lo hago por consideraciones únicamente basquetbolísticas. Si estoy dentro de una cancha soy feliz, me da igual que sea en el Polo Norte. Mi novia es italiana y estará más cerca de su casa, así que en eso salimos ganando. Pasé de Detroit, a menos 30 grados, a Toronto, a menos 35... y ahora a Moscú, que estará a menos 40. No hay mucho cambio, no.

- Para la selección argentina, al menos para esta generación dorada, parece que está llegando ‘el último baile’. ¿Lo vivís así?

No sé si será el último baile, pero sí la última Olimpiada con las expectativas que este grupo crea cada vez que juega. Por eso me planteé una fecha límite para cerrar mi contrato. Somos básicamente el mismo bloque de los últimos años y queremos cerrar este ciclo haciéndolo bien en unos Juegos. Tenemos muchas ganas y sabemos que tenemos posibilidades.

- Hay varios jugadores que están volviendo a Europa y se habla de algunos americanos importantes que podrían venir a jugar a equipos europeos. ¿Qué está pasando?

No lo sé. No creo que haya mucha diferencia entre Europa y la NBA, y es algo que ya decía antes, no ahora porque regreso... A uno que le guste más el básquet en sí, prefiere el europeo. La NBA es más show, más lujo, pero en Europa ver un partido es como ver una partida entre dos ajedrecistas, hay más equilibrio entre táctica y talento. Ya te digo que no sé qué pasa, pero sí que somos más jugadores con ganas de volver. Ellos respetan mucho más a los jugadores de fuera, yo lo viví y lo he visto en otros como Nowitzki, Ginóbili, Parker, Calderón, Gasol... Ellos sorprendieron a algunos americanos, que todavía son un poco cerrados.

Gentileza: Diario Marca